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10 razones para nadar con un entrenador y en equipo

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Sobre gustos no hay nada escrito. Como en muchos deportes, en la natación hay atletas que prefieren entrenar por cuenta propia y, también otros, que optan por un entrenamiento en equipo y bajo la supervisión de un entrenador.

La forma ideal para practicar la natación dependerá del contexto de cada persona (de su habilidad desarrollada en el agua, del tiempo y horarios disponibles, de su economía personal, de sus objetivos, etc.).

Sin decir que una alternativa es mejor sobre la otra, en este post me gustaría abordar los beneficios de un entrenamiento guiado y en equipo. Durante varios años, fui parte de aquel grupo que prefiere nadar en solitario y sin una guía formal. En ese entonces, la natación no tenía un peso importante en mi vida como lo tiene ahora, y no era más que un complemento para mantenerme en forma.

Al haber transcurrido casi 14 meses desde que decidí cambiar mi forma de entreno, he experimentado las ventajas que puede traer al entrenamiento nadar guiada por un coach y siendo parte de un equipo. Por ello, quiero compartir contigo 10 razones por las que podemos beneficiarnos de un entrenamiento guiado y en equipo:

  1. Ayuda a fortalecer nuestra disciplina. Sin generalizar, resulta menos difícil ser constante en los entrenamientos cuando sabemos que hay un equipo y un entrenador que nos esperan cada día para nuestras prácticas. Podríamos decir que existe un incentivo adicional a no faltar, pues hay personas que, en cierta manera, dependen de nosotros, así como nosotros de ellas. Como lo he mencionado antes, durante mucho tiempo entrené sola, o con tablas preparadas por un entrenador, pero sin su presencia física. A pesar de que me mantenía disciplinada con mis entrenos diarios, hubo una época en la que me costó mucho más mantener la constancia, en comparación con la época actual en la que tengo compañeros de entreno.
  2. Permite corregir en tiempo real. A diferencia del nado en solitario, ya sea a través de tablas o sin una programa definido, en una práctica con un entrenador presente, podemos rectificar errores en la técnica de forma más rápida, ya que este identificará y nos hará notar aquellas fallas que están haciendo poco eficiente nuestro nado.
  3. Podemos medirnos con nuestros compañeros. Entrenar en equipo ayuda a tener una mejor perspectiva de cuánto estamos mejorando en nuestro nado, de si estamos ejecutando correctamente las series, de cómo es la técnica de los compañeros para intentar poner en práctica lo mejor de cada uno.
  4. Tenemos el apoyo constante de un experto en el tema. Más allá de impulsarnos para que mejoremos en la natación, los entrenadores se convierten en una guía, en un punto de soporte en otros ámbitos de nuestra vida, en alguien que toma en cuenta las situaciones particulares de cada uno para sacar lo mejor de nosotros en cada práctica.
  5. Creamos una red de personas con gustos afines. Al entrenar con un grupo consolidado de natación, casi siempre encontraremos alguien con quien coordinar una práctica de fin de semana, o con quien viajar a los entrenamientos o competencias en el lago o el mar.
  6. Menos probabilidad de lesiones. Al nadar dirigidos por un entrenador, seremos menos propensos a lesionarnos mientras entrenamos, ya que nuestro coach podrá detectar si tenemos errores técnicos que pudieren generar alguna afectación física y nos ayudarán a corregirlos. Además, gracias a su acompañamiento y guía, será más fácil detectar a tiempo los signos de una posible lesión.
  7. Los entrenamientos se vuelven más dinámicos y adaptativos. Según como se desenvuelva el entrenamiento del día, el coach podrá adaptar las series sobre la marcha. Haremos ejercicios en equipo, como postas o competencias de velocidad contra nuestros compañeros. Definitivamente, los entrenamientos serán más entretenidos, favoreciendo una experiencia positiva en el agua y reduciendo las posibilidades de desertar.
  8. Las series del día son más productivas y menos rutinarias. Gracias a su experiencia y conocimiento, el entrenador sabrá como mantener el interés y procurará que las prácticas sean diferentes cada día o, al menos, que se repitan lo menos posible.
  9. Mejora nuestro ánimo y desempeño. Aunque practiquemos un deporte que perfectamente podría realizarse en solitario, finalmente, somos seres sociales que necesitan interactuar con otros para mantener su bienestar mental. Al estar en un círculo de personas con el que intercambiamos de forma rutinaria, podemos elevar nuestro ánimo durante el día y, con ello, nuestro desempeño.
  10. Mejorar toma menos tiempo. Con un entrenador y equipo, notaremos mejoras constantes y más rápidas Vs. al entrenamiento en solo. Lograremos optimizar nuestras prácticas para sacar el mayor provecho de ellas. Al menos cuando estamos iniciando en el deporte, o aún tenemos muchos detalles por corregir en nuestra técnica, la guía de un profesional será fundamental si queremos ver un progreso constante.

Al momento de escribir este post, llevo casi 14 meses nadando con la guía de un entrenador y en equipo. Con la confianza de quien ha entrenado tanto en solitario como en equipo, puedo decir que nadar guiada y acompañada por un coach y con el espíritu de un equipo, han sido factores determinantes para alcanzar las metas deportivas que me he fijado.

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